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Historia de la Psiquiatría en Guatemala

HISTORIA DE LA PSIQUIATRIA EN GUATEMALA
Dr. Edgar Hernández Gálvez

El aparecimiento y desarrollo de la psiquiatría en Guatemala como una disciplina científica y como una especialidad de la medicina, es relativamente reciente. Estrictamente se inicia en la década de 1,950, aunque justo es, en un trabajo de apreciación histórica como el presente, reconocer algunos antecedentes de significativa importancia que, a la luz de la interpretación historiográfica, puede comprenderse como estrechamente ligada no sólo a la evolución sino también al origen de esta joven especialidad médica.

Para situarnos en un plano de análisis cronológico, habrá que reconocer que la psiquiatría, comprendida como el estudio (etiología, fenomenología clínica, diagnóstico, prevención y tratamiento) de las enfermedades mentales, ha acompañado al hombre desde su origen, el origen guatemalteco toma punto de partida como referencia el pueblo maya, antes de la llegada de los españoles a América.

Según el Dr. Carlos Martínez Durán, los mayas-quiches consideraron etiologías distintas a la sagrada en las diferentes enfermedades que conocieron y estudiaron. Su observación natural les llevó a identificar como posibles causas de enfermedades al frio y a la humedad. Los vientos producían y agravaban algunas enfermedades y los excesos del amor y de la bebida constituían, para estos observadores indígenas, el núcleo de diversas enfermedades.

Son acaso estas últimas apreciaciones distintas a lo que hoy, en la psicopatología moderna, consideramos como adicciones.

Según Martínez Durán, antes de la llegada de los españoles a tierra americana ya los mayas conocían la locura, la imbecilidad, la satiriasis y la impotencia sexual. Aberraciones como el onanismo y zoofilia son identificadas en representaciones esculturales y pictóricas del periodo clásico y post-clásico.

Es de lógica médica deducir, entonces que si los mayas conocieron las patologías antes citadas, tuviesen también algunos procedimientos orientados a la terapéutica de las mismas, aunque sobre este tema del tratamiento y de la profilaxis nada a quedado documentado según nuestras fuentes históricas consultadas.

Ya en la época de la conquista y de la colonia aparecen acontecimientos médicos, mejor documentados por los historiadores, que permiten no solo inferir sino realmente conocer situaciones concretas con relación a la enfermedad en general y ocasionalmente, a la psicopatología en particular.

Es en el año de 1,527 cuando el Capitán Don Jorge de Alvarado funda el primer hospital en Centroamérica y se llama "Hospital de la Misericordia", para que allí "los pobres y peregrinos sean socorridos y curados". Cabe recordar que, en aquel entonces, no habían, en suelo centroamericano, médicos ni cirujanos.

En 1,534, por disposición de Bartolomé de las Casas, el Hospital de la Misericordia se transforma en Hospicio, Asilo de Ancianos y Hospital. Esta institución benemérita fue pronto protegida y favorecida por el Obispo de Guatemala, Lic. Francisco Marroquín, personaje el cual, por sus altísimos meritos humanísticos, teológicos y culturales, se le reconoce como el "padre de la cultura del Reyno de Goathemala".

No podemos olvidar que ya para fines de 1,500 las ciencias médicas españolas eran las primeras en Europa. España tiene el mérito, dentro de la historia de la psiquiatría mundial, de haber fundado el primer hospital psiquiátrico del mundo, obra de Fray Gelabert Jofré, en Valencia, en el año de 1,409.

Con esa tradición científica y humanística, y sin olvidar a los enfermos mentales dentro del ejercicio de la medicina, las ciencias médicas españolas se trasladan a Guatemala.

El primer médico llegado a Guatemala, importado de la Nueva España, fue Don Juan de los Ríos en 1,543. Posterior a él, llegan Juan de los Reyes, Juan Vásquez de Molina, Juan de León, Juan del Castillo y Juan de Cabrera, todos los médicos y cirujanos que ejercieron en Guatemala y que, sin lugar a dudas, mucho tuvieron que atender y consolar, tal vez no curar, a nuestros enfermos mentales.

El año de 1,700 marca un hecho anecdótico de interés psiquiátrico. Llega a Guatemala el Visitador Francisco Gómez de la Madrid quien padece de un delirio paranóico. Se creyó con derechos y poderes de tal magnitud y naturaleza que podía destituir no sólo a cualquier autoridad local (civil o religiosa) sino incluso quitar al Rey de España y cambiar la monarquía española. El Virrey de México, enterado de la locura de Gómez de la Madrid, lo mando traer preso y lo encerró por muchos meses, en segura cárcel, hasta que lo envió detenido a España, donde sufrió prisión.

Después de 1,773, tras los terremotos de Santa Marta, ya trasladada la ciudad de Guatemala al Valle de la Ermita (probablemente por la referencia o alusión a alguna ermita erigida en honor a la Virgen), dos instituciones importantes desde el punto de vista médico fueron fundadas en esa época: El Hospital San Juan de Dios, en 1,781, y la Casa de la Misericordia en 1,857. En esta ultima fueron albergados los ancianos, huérfanos, inválidos, retrasados mentales y algunos dementes.

En esta semblanza histórica de la psiquiatría en Guatemala, llegamos a un punto crucial y verdaderamente importante: La fundación, en el año de 1,886, del "Asilo de Dementes" por parte del Señor Don Luis Asturias y Pavón, auténtico filántropo y mecenas de la incipiente psiquiatría guatemalteca.

La primera piedra de este Asilo de Dementes fue colocada por el Presidente de la Republica, General de División, Don Manuel Lisandro Barillas y, concluídos los trabajos, fue inaugurado y abierto al público en 1,890.

El Asilo fue construido en un solar, donado también por Don Luis Asturias y Pavón, ubicado en la actual 12 calle entre primera avenida y avenida Elena, de la zona 1.

El Doctor Francisco Asturias, describe así al Asilo de Dementes: "Este edificio, de humilde apariencia exterior, pero suntuoso en su interior, se encuentra al Sur del Hospital General y tiene 100 metros de frente por 200 de fondo, ocupando un área de 20,000 metros cuadrados. Depende de las casas de beneficencia, tiene un Director, el de las casas de beneficencia, un Vice-Director y un inspector para la parte administrativa, dos médicos, un practicante interno y cinco hermanas de la caridad.

Para la asistencia de los enfermos, el Asilo está dividido en dos departamentos: uno de hombres y uno de mujeres, que a su vez se subdividen en tres secciones: para pensionistas, dementes pacíficos y locos furiosos. El servicio común es gratis, y los pensionistas son de 1a. y 2a. clase.

En el departamento de los pensionistas hay ocho cuartos completamente separados, con patios y sus jardines, además un comedor para todos. En el segundo departamento de hombres hay seis dormitorios, un comedor, tres salones de recreo y treinta y ocho cuartos. En las alcobas se encuentran 50 camas pudiendo tener un número mayor.

El departamento de mujeres cuenta con tres dormitorios, 30 cuartos y 80 camas, además de comedores y un salón de recreo. Hay un tercer departamento destinado para la farmacia y oficinas de los empleados. Tanto los hombres como las mujeres tienen sus correspondientes baños.

El edificio tiene diez patios grandes, bien ventilados, con elegantes jardines; todas las habitaciones son bien ventiladas y amplias y a pesar de la clase de huéspedes que encierra, se observa en todo mucho orden y limpieza; el tercer departamento de hombres, es de dos piezas, estando guarnecido el segundo piso por una sólida reja de hierro.

Existe una escuela en el Asilo, donde los enfermos mentales pasan ratos amenos en unión de su maestro; éste les enseña a tejer y a coser, de tal modo que los dementes se visten de su trabajo. Las mujeres se dedican a trabajos propios de su sexo, como bordados, costuras, etcétera. La visita se pasa diariamente de 8 a 9 a.m.

Es importante anotar que también en la ciudad de Quetzaltenango se fundó un "Asilo de Dementes", en 1,901, el cual nunca llego a funcionar.

 

Estamos ya en este recorrido histórico de la psiquiatría guatemalteca, en el siglo XX.

Durante las dos primeras décadas el Hospital de Dementes siguió funcionando bajo la administración de la Junta de Beneficencia, formada por personas filántropas, en una gestión totalmente ad-honorem.

En esa época, la Guatemala de 1,920, hubo un número cada vez mayor de médicos notables muchos de los cuales fueron formados y especializados en Europa, fuente de la clínica y de la terapéutica médica de ese entonces. A su regreso al país, todos contribuían, de manera significativa, a la superación científica del medio nacional.

Una singular anécdota, muy relacionada con la práctica médica de la psiquiatría de esa época, fue protagonizada por el ilustre médico guatemalteco Dr. Norberto Gálvez Sánchez-Ramagoza y Pavón, egresado de la Facultad de Medicina de la Universidad de San Carlos de Guatemala en 1,906. Hijo del Lic. Saturnino Gálvez Aguilar (Abogado y Notario) y de la muy bella ciudadana española Clemencia Sánchez-Ramagoza y Pavón.

En 1,920 el Dr. Norberto Gálvez, junto a su noble labor médica, se desempeñaba como Diputado de la Asamblea Nacional. El Presidente de Guatemala, el Dr. Manuel Estrada Cabrera, buscaba su re-elección presidencial y prolongar así su dictadura que había mantenido a lo largo de 22 años.

Para poder apartarlo del ejercicio de la presidencia, la Asamblea nombró una comisión de médicos expertos encabezados por el Dr. Norberto Gálvez quién, después de su interesante análisis psicopatológico de la personalidad del Señor Presidente, así como de una descripción de su examen mental, informó a la Asamblea que el Señor Presidente de la Republica no puede continuar ejerciendo el cargo presidencial por padecer "la insania mental de la Demencia Paranóica".

Es importante anotar que tal diagnóstico psicopatológico había sido recientemente publicado por el Prof. Dr. Emil Kraepelin, en Alemania, lo cual hace inferir que el Dr. Norberto Gálvez conocía la obra Kraepeliana.

El dictamen médico-psiquiátrico antes mencionado permitió a la Asamblea Nacional, a través del Decreto 1,022, de fecha 8 de abril de 1,920 separara al Presidente Estrada Cabrera del ejercicio de su cargo, convirtiéndose así el primer caso en la historia política de América de separar del cargo a un Presidente de la República por un dictamen médico-psiquiátrico sobre su salud mental.

Por esa misma época (1,920) otros dos ilustres personajes médicos parten a Europa a realizar estudios de especialización en Neuropsiquiatría (así se denominaba en ese entonces a los estudios que comprendían tanto a la neuropatología como a la psicopatología). Nuestros ilustres personajes son los Drs. Miguel Francisco Molina de Paz y Carlos Federico Mora Portillo. A su regreso al país ambos se destacan como los pioneros de la práctica de la psiquiatría en Centroamérica. Sus conocimientos, de gran avanzada científica en ese entonces, incluyen el aprendizaje y la práctica de diferentes técnicas biológicas: abcesos de fijación, malario-terapia, la cura de Sakel (shock insulínico), la cura de von Meduna (shock de cardiazol), y la técnica de Cerletti y Bini (electroshock).

Otros de los avances de la terapéutica psiquiátrica de aquel entonces, aparte de las técnicas ya mencionadas, y muy acorde a lo que se realizaba en otras partes del mundo, lo constituyó la psico-cirugía. Esta técnica consiste en la lobotomía pre-frontal fue también ampliamente practicada en nuestro país. Correspondió tanto al Dr. Federico Mora como al Dr. Carlos Salvadó la mayor práctica de esos procedimientos convulsivos y quirúrgicos.

El Dr. Miguel F. Molina, desde 1,931 y hasta 1,948, a lo largo de 17 años, fue Director del Asilo de Alienados.

El Dr. Federico Mora fue fundador de la Cátedra de Psiquiatría en la Facultad de Medicina de la Universidad de San Carlos en 1,931. Fue Rector Magnífico de la Universidad de San Carlos en 1,944-45 y fue co-fundador de instituciones de servicio social como el Centro de Salud Mental, Patronato Anti-alcohólico, Universidad Popular y Liga de Higiene Mental, entre otras. Fue también co-fundador de la Asociación Guatemalteca de Psiquiatría en 1,971. El Dr. Mora fallece en Guatemala, en 1,972, a los 83 años de edad.

Por su parte el Dr. Miguel F. Molina se desempeño por muchos años como Profesor Universitario en las cátedras de Psicopatología General, Psicopatología Aplicada, Psicología, Anatomía Patológica, Moral Médica, Medicina Legal y Neuroanatomía. Fue decano interino de la Facultad de Medicina. Galeno políglota (español, ingles, francés, alemán, portugués e italiano), se destacó también por su gran sensibilidad humana y artística (pintor y pianista). Falleció en Guatemala, en 1,966, a los 75 años de edad.

Como fruto de las sabias enseñanzas de estos dos pioneros e insignes maestros de la psiquiatría, tres de sus alumnos se inclinan para realizar estudios de post-grado en esta joven especialidad médica. Después de 1,945, los Doctores Ricardo Ponce Ramírez, César Meza y Augusto Aguilera Pérez, parten hacia los Estados Unidos de América donde se forman en diferentes áreas de la psiquiatría que, ya para ese entonces (mediados de siglo), había tomado campos y perfiles propios, distintos a los de la neurología.

Se destaca entre ellos el Dr. Augusto Aguilera P., quien en las universidades Católica de Washington, Harvard y John Hopkins se especializa en Psiquiatría General, Psiquiatría Infantil y Psiquiatría Preventiva y de la Comunidad.

A su regreso al país el Dr. Ricardo Ponce Ramírez y el Dr. Augusto Aguilera se destacan en su labor docente administrativa. El Dr. Augusto Aguilera fallece en 1,992, y el Dr. Ponce Ramírez fallece en el año 1,994, dejando, tras su labor clínica y de servicio la inquietud intelectual entre jóvenes generaciones de médicos que, a partir de esa época, se han ido formando y especializando en psiquiatría.

Como ha quedado expuesto, el Dr. Federico Mora fundó la Cátedra de Psiquiatría en 1,931, la cual consistía en un curso que se impartía en el último año de la carrera de medicina. Así permaneció por espacio de 3 décadas.

En un Congreso Centroamericano de Medicina, celebrado en Guatemala en 1,956 el Dr. Augusto Aguilera diseño y propuso el plan de enseñanza de la Psiquiatría tanto para médicos generales como especialistas de otras áreas de la medicina. No fue sino hasta 1,961 que la Facultad de Medicina aprobó la creación de un Departamento de Psiquiatría, encabezado por el Dr. Carlos Federico Mora, aumentándose a tres las asignaturas de pre-grado: Psicopatología, Psicobiología y Psiquiatría Clínica.

El Dr. Augusto Aguilera diseñó, organizó y dirigió, por muchos años el Departamento de Salud Mental del Ministerio de Salud Publica, el cual, actualmente, aún mantiene y organiza algunas actividades encaminadas a fomentar programas de capacitación entre los trabajadores de la salud mental del Estado, y de la población en general.

La labor docente con relación a la psiquiatría estuvo por muchos años reducida a la formación básica y general que se impartía en la carrera de medicina (nivel de pre-grado). El Asilo de Dementes, llamo así desde su fundación en 1,890 hasta 1,948, cuando se le cambió el nombre por el de Hospital Neuropsiquiátrico, fue, por muchos años, el único lugar donde los jóvenes médicos internos podían recibir un poco de formación psiquiátrica pero sin contar con un programa docente organizado y estructurado. Cualquier médico que desease formarse en la especialidad de psiquiatría debía de partir a estudiar al extranjero.

En el mes de julio del año de 1,960 el enorme y viejo edificio del Hospital Neuropsiquiátrico fue presa de un terrible incendio que destruyó sus instalaciones y cobró más de doscientas victimas. Los pacientes fueron trasladados de emergencia a un edificio en construcción que formaba parte de las ampliaciones que realizaban en el Hospital San Vicente (Hospital de Tuberculosis) situado en la finca la Verbena, zona 7, de la ciudad de Guatemala.

Ya instalado en ese edificio y realizadas las labores de adaptación y acondicionamiento necesarias, y pasados muchos años, ya en la década de 1,980 fue a raíz de la iniciativa de jóvenes médicos especialistas en psiquiatría que se inicia un programa organizado de capacitación docente para los médicos que allí laboraban. Son pioneros en organizar e impartir aquella docencia los Doctores Edgar Hernández Gálvez, Julio C. Miranda García e Ignacio Herrera Contreras, estos últimos Directores del Hospital. También se cuenta con la valiosa colaboración docente de la Licenciada en Psicología Thelma Hernández Catalán y de la Licenciada en enfermería psiquiatra Sor Catalina Guerrero.

En el año de 1,983 el Hospital Neuropsiquiátrico, al cual por acuerdo ministerial, en abril de 1,978, se le había cambiado de nombre por el de "Hospital Dr. Miguel F. Molina", es trasladado de sus instalaciones de la zona 7, al Hospital Dr. Carlos Federico Mora, en la zona 18 de la ciudad, donde al fusionarse y organizarse como un solo hospital (Hospital Nacional de Salud Mental), se originan una serie de conflictos de orden administrativo, clínico y docente, los cuales son afortunadamente, poco a poco, resueltos gracias al espíritu de colaboración entre sus autoridades médicas y administrativas.

Otro aspecto de indudable interés en el conjunto de la historia de la psiquiatría en Guatemala, es el relacionado con la creación de programas para formar psiquiatras en post-grados nacionales. Lo anterior se produce como consecuencia de la coyuntura de dos factores: de lo cada vez más difícil y costoso de formarse en un programa extranjero y de contar en el país con un selecto grupo de médicos especialistas en psiquiatría con definida vocación docente, de investigación y servicio.

Corresponde al Instituto Guatemalteco de Seguridad Social –IGSS- (Institución médica de servicio social, fundada en 1,946 gracias al espíritu justicialista de la filántropa Señora Doña Elisa Martínez de Arévalo, esposa del entonces Presidente de la Republica Dr. J.J. Arévalo) el haber desarrollado como parte de su Departamento de Medicina, el Servicio de Psiquiatría en beneficio de los afiliados al régimen de seguridad social. Inicialmente dirigido por el Dr. Ricardo Ponce Ramírez, es dirigido posterior y sucesivamente por los Doctores Carlos González-Campo, Hugo Soto Chávez, Ismael Salazar Gutiérrez.
En el año 2,002 es creado el Centro de Atención Integral de Salud Mental (Hospital de Psiquiatría del IGSS, CAISM), siendo su primer director el Dr. Ismael Salazar Gutiérrez y actualmente 2,012 el Dr. Enrique Mendoza Gaitán.

Es precisamente en el IGSS en el año 1,981, cuando por iniciativa personal de dos jóvenes psiquiatras de solida formación profesional, en ese entonces recién llegados al país después de completar sus estudios de Post-grado en psiquiatría en prestigiosas universidades extranjeras, Doctores Luis Castro Modenessi y Edgar Hernández Gálvez, que estos organizan y fundan el primer programa nacional de post-grado en psiquiatría.

Ambos, de forma totalmente ad-honorem, desarrollan el programa y se desempeñan como profesores de la primera promoción de médicos psiquiatras formados en Guatemala, siendo estos los Doctores Gladys Alvarado de Ochoa, Ricardo García Manzo y Ricardo Poggio Cabarrús, quienes terminaron, con gran competencia académica, su programa de formación en 1,983.

Corresponde el honroso merito al Dr. Luis Castro Modenessi, dentro de su infatigable espíritu de servicio profesional, fundar y dirigir la primera Unidad de Salud Mental en el Hospital Universitario Roosevelt de Guatemala, en el año de 1,984. Esta Unidad, cuya creación fue apoyada incondicionalmente por los Drs. Rodolfo Mac Donald Kanter, Eusebio del Cid Peralta y León Aragón Portillo, autoridades médicas del Hospital, permitió que el Dr. Castro Modenessi diseñara la programación de atención, formando un equipo integral de salud mental, incorporando psicólogos, trabajadoras sociales y médicos residentes.

Cabe la satisfacción al Dr. Edgar Hernández Gálvez el introducir, dentro de las actividades docentes de la Escuela Superior de Psicología Clínica de la Universidad Francisco Marroquín, dirigida con gran solidez y competencia por el Dr. Guillermo Forno Aguirre, el primer curso, a nivel de post-grado Universitario, de Análisis Existencial y Logoterapia, abriendo así una perspectiva académica distinta al tradicional enfoque psicoanalítico que imperaba, por aquel tiempo, en la docencia universitaria.

Otro punto de interés histórico lo constituye el esfuerzo por formar, en el campo de la salud mental, no solo a los médicos psiquiatras, sino a psicólogos y a diferentes profesionales con interés en el área clínica, merito que corresponde a los Doctores Guillermo Forno Aguirre (Q.E.P.D.) y Cyrano Ruíz Herrarte, quienes, a través de sendos programas docentes en las universidades Francisco Marroquín y Mariano Gálvez, respectivamente, han contribuido a formar a generaciones de profesionales que, no habiendo tenido la oportunidad de formarse en el extranjero, lo han hecho en nuestro propio país.

Otro de los programas nacionales de docencia psiquiátrica, a nivel de post-grado, es el que ha organizado el propio Ministerio de Salud Pública, a través del Hospital Nacional de Salud Mental, destacándose entre sus organizadores y Profesores los Doctores Rodolfo Kepfer Rodríguez, Erick von Ahn Rodas, Guillermo Meneses Recinos y Luis Felipe Alvarado.

Dato de especial interés lo constituye el señalar que corresponde el mérito a la Dra. Claudina Pineda de Alvarado el haber sido la primera mujer en la historia de la psiquiatría guatemalteca, en ejercer la especialidad, a partir de 1,983, después de haber concluido su formación en Europa.

Como antecedente histórico del espíritu societario de los médicos psiquiatras, en el siglo pasado denominados neuropsiquiatras, surge, en 1950, una entidad llamada Sociedad de Neurología y Psiquiatría de Guatemala la cual tiene, según relato de uno de sus miembros, más carácter social que científico.

Entre los principales miembros de aquella sociedad, podemos mencionar a los doctores Héctor Aragón Peláez, Ricardo Ponce Ramírez, José Campo López, Julio Salvadó Lemus, Guillermo Morán, Guillermo Mata Rodríguez, Vicente Martínez Nolasco, Carlos Salvadó Lemus, César Meza y Antonio Román Durán.

No puede dejar de mencionarse, en nuestra revisión histórica, el interés por conseguir la agrupación gremial de los médicos especialistas en psiquiatría, situación que se concreta al fundarse la Asociación Psiquiátrica de Guatemala. Esta Asociación se fundó el 12 de mayo de 1,971 por iniciativa de los médicos psiquiatras, Doctores Juan Augusto Aguilera Pérez (Q.E.P.D), José Antonio Campo López (Q.E.P.D.), Federico Guillermo Forno Aguirre (Q.E.P.D.), Gustavo Adolfo Martínez Okrassa (Q.E.P.D.), Carlos Federico Mora Portillo (Q.E.P.D.), Enrique Morales Chinchilla, Ricardo Ponce Ramírez (Q.E.P.D.) y Marco Cyrano Ruiz Herrarte.